Enriqueciendo y personalizando el proceso!!
EXPERIENCIA * ESPECIALIZACIÓN * COMPROMISO * CERCANÍA
INNOVACIÓN * PERSONALIZACIÓN * RESPETO * ACOMPAÑAMIENTO
ATENCIÓN INTEGRAL * ENFOQUE TRANSDIAGNÓSTICO
Dentro de la Terapia Cognitiva Conductual (TCC), de la cual partimos, se nos ofrece
diferentes modalidades de intervención. Nosotros nos centraremos en primera instancia en el uso de la Exposición con Prevención de Respuesta (EPR), como criterio de partida, pero para los pacientes que no obtienen resultados, adoptaremos aquellas intervenciones necesarias para que consigan llevar una merecida vida plena.
Dentro de un enfoque Transdiagnóstico. Hoy en día existen alternativas que cada vez imperan con más fuerza y que son avaladas por la Asociación Española de psicología clínica y psicopatología (AEPCP). Esta innovación nace de la insatisfacción de los diagnósticos actuales en la salud mental. Nos apoyaremos también en criterios neuro-psicológicos para establecer un protocolo de actuación.
¡TODO SUMA PARA LA RECUPERACIÓN!. Tener en cuenta otras necesidades de las personas y abordarlas, como por ejemplo la superación de un trauma, la gestión de la alta capacidad, fobias de impulsión y otras comorbilidades con otros trastornos, es fundamental para extinguir el sufrimiento y por ello hemos de darles solución.
Nuestra línea de enfoque terapéutico se conceptualiza desde el Transdiagnóstico, una perspectiva relativamente reciente, pero que cada vez impera con más fuerza a la hora de entender y atender a la psicopatología, recogida y avalada por la Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología, (AEPCP).
Este constructo de Transdiagnóstico consiste en entender los trastornos mentales sobre la base de un rango de procesos cognitivos, conductuales, emocionales, comunes, sus genes, su historia de vida familiar y social, que pueden llegar a ser causales, mantenedores y precipitadores.
Desde Planeta TOC, adoptamos esta línea de tratamiento, como línea base, basándonos en diferentes estudios y revisiones clínicas como la realizada por (Clark et al. 1995), donde manifiesta que el 96% de los pacientes con TOC, padecen al menos otros trastornos del Eje I, (Trastorno de la personalidad, trastorno del estado de ánimo, trastorno de estrés Postraumático, Trauma, disociación…). Igualmente podemos verlo en el estudio presentado por Barlow et al. 2011, donde nos presenta una propuesta transdiagnóstica para los trastornos emocionales, donde se incluye al TOC entre otros trastornos, que comparten las mismas alteraciones emocionales.
Esta tendencia hacia la comorbilidad (que en una misma persona se puedan dar varios trastornos mentales), nos lleva a entender la necesidad de ver la patología con un tinte más dimensional que categorial, donde su característica multifactorial, nos conduce a obtener una jerarquía en la etiopatología, desde aspectos más generales a otros más específicos y particulares, proporcionando así una mayor cantidad de información para su uso, en el manejo y resolución del caso.
“El transdiagnóstico, es una aproximación científica convergente e integradora y, aunque se basa en un enfoque dimensional de base, supone asumir la existencia de algún sistema diagnóstico”, Sadín, Chorot y Valiente (2012). Con esto queremos aclarar que no rechazamos la clasificación categorial, sino que nos centramos en integrar ambos enfoques. (Lo categorial junto a lo dimensional).
Por tanto, estos aspectos comunes, serán tenidos en cuenta a la hora de aplicar protocolos ya validados y estandarizados para el tratamiento de este trastorno, como puede ser en el caso de la Terapia Cognitivo Conductual, donde se podrá aplicar sola en los casos menos graves, o en compañía de otras terapias alternativas cuando sean más resistente a la misma.
Protocolos validados y estandarizados.
Dentro de la Terapia Cognitiva Conductual (TCC), de la cual partimos, se nos ofrece diferentes modalidades de intervención, nosotros nos centraremos en primera instancia en el uso de la Exposición con Prevención de Respuesta (EPR), como criterio de partida, según resultados, en el caso de no respuesta a la misma, iremos acomodando otras posibilidades terapéuticas.
Nos focalizamos principalmente en el síntoma que experimenta la persona, en lugar de la etiqueta diagnostica, (aunque también necesaria), como hemos dicho anteriormente la alta comorbilidad existente, nos impide ver la línea divisoria entre trastornos.
La eficacia de los tratamientos en el adulto hace que éste pueda llevar una vida satisfactoria
Apartar el sufrimiento para dar paso a la vida y reencontrarse con una nueva red social que impulse a salir de aislamiento y combatir el sentimiento de soledad
Teniendo en cuenta que el 80% de los trastornos tienen su desarrollo en la infancia y adolescencia, es importante poder tratarlos antes de un que aparezca mayor severidad
La terapia puede llegar a sentirse por el niño y el adolescente como un espacio para aprender a expresarse y a encontrarse mejor, relacionándolo con un momento especial y único que se desarrollará en su entorno
Realizar la terapia a domicilio humanizará mucho mas ese momento
En cualquier etapa de la vida,
la familia constituye un pilar imprescindible y aunque puede
darse todo el apoyo en estas circunstancias, es posible que
no se ha de manera eficaz
La familia debe tener la
oportunidad de cuidarse para
poder afrontar este reto
La salud mental de los
convivientes del afectado
puede verse también
deteriorada
La salud mental influye en todos los ámbitos de la vida de la persona, siendo la pareja quien puede verse también resentida y por ello es importante contemplar en el proceso las necesidades de asistencia
que puedan darse
Será de gran ayuda para ambos y facilitará una mejor recuperación al afectado
Para conseguir una atención de calidad en la que el paciente pueda
sentirse realmente acompañado, acomodamos los tiempos de las sesiones
de manera que sean realmente aprovechables dadas las circunstancias
que rodean la patología. La experiencia se encargó de enseñarnos lo
complicado de trabajar con sesiones de una hora, por lo tanto trabajamos en sesiones de dos horas. Es decir, un tratamiento ordinario sería una sesión de dos horas a la semana.
El tiempo puede cambiar en función de si es una asistencia telemática o presencial.
En el caso de ser una sesión telemática tendrá que ser valorado si realmente el paciente puede aprovechar ese tiempo o es aconsejable que se reduzca.
Otra razón para reducir ese tiempo es la mejoría del paciente que ya se
encuentra en seguimiento.
El tratamiento intensivo busca una inmersión en la terapia haciendo ésta más eficaz y brindando al paciente la ocasión de emerger de una situación no deseada con mayor celeridad.
En este caso el número de sesiones semanales serían entre 2 y 3, cada una de ellas de dos horas.
Está indicado para cualquier tipo de paciente, pero aquellos que sufren una mayor severidad, podría decirse que es necesario.
Todo ha de fluir hacía en mismo objetivo en torno a la recuperación, por lo
cual entendiendo que todo lo que concierne a la persona tiene especial
importancia para ella, hemos de tenerlo en cuenta.
El respeto hacia sus valores, el entorno en el que vive, sus circunstancias, su pasado, su presente, su futuro y su familia. Todo es importante.
Organizaremos un plan de acción personalizado al igual que su terapia.
Trataremos de equilibrar todas las áreas de su vida incluidas la laboral y la
social.
Hacemos fácil la accesibilidad y la adherencia al tratamiento realizando
las sesiones terapéuticas en el domicilio del paciente, observando con
esto unos resultados muy beneficiosos en todos los casos.
A menudo, el domicilio suele ser un lugar activador donde la persona puede estar sufriendo en el lugar donde debería encontrar equilibrio y serenidad. En
esta situación el profesional puede ayudarle a normalizar la situación de
manera mas efectiva que desde la consulta.
Por el contrario, la persona puede encontrar en su casa un refugio del que
le cuesta salir por distintas razones. Ritualizar antes de salir puede
convertirse en una enorme dificultad para llegar a la consulta. En los casos
más severos nos encontramos con situaciones que hacen imposible que la
persona pueda tener una asistencia adecuada fuera de su domicilio.
Conocer el entorno donde está el paciente y sus convivientes facilita que
el profesional haga mejores adaptaciones del protocolo y pueda
implicarse la familia solo en la medida que el paciente lo deseé.
Si la situación del paciente es leve, este tipo de intervención normaliza y
humaniza la psicología proporcionan además al proceso un apoyo en su
entorno respetando sus valores que favorece notablemente las
circunstancias del afectado y su recuperación.
Queremos conocer cuáles son exactamente sus necesidades para poder ofrecerle la mejor solución. Cuéntenos lo que necesita y haremos todo lo posible por ayudarte